Como consecuencia del descenso de la población mundial de leones, la cual disminuyó un 98% en los últimos dos siglos, Sudáfrica cambió sus políticas sobre conservación de su fauna salvaje y prohibirá la cría de leones en cautiverio destinados a la caza o a fines turísticos, como los centros que ofrecen contacto directo con felinos, como acariciarlos y alimentarlos.
En África se estima solo quedan 22,500 ejemplares salvajes, por lo que la entidad y muchas otras dedicadas a la conservación animal vieron con muy buenos ojos y celebraron el anuncio de Bárbara Creecy, ministra sudafricana de Medioambiente, respecto a los planes del gobierno de adoptar las recomendaciones de expertos que trabajaban desde 2018 sobre prácticas de leones en cautiverio que presumen una industria millonaria en el país.
La funcionaria calificó este tipo de prácticas de “inhumanas e irresponsables” y anunció que Sudáfrica deberá “reimaginar” el marco de gestión de su fauna salvaje para que sea “sostenible” y “responsable” a la vez con la economía y con el bienestar animal.