La decisión pone fin a siete años de debate sobre cómo deshacerse del agua de lluvia, de las capas subterráneas o de las inyecciones necesarias para enfriar los núcleos de los reactores nucleares que entraron en fusión como consecuencia del tsunami del 11 de marzo de 2011
Los pescadores de la ciudad de Iwaki, en la costa este de la prefectura de Fukushima, habían comenzado abril celebrando que al fin podrían reanudar la pesca a gran escala. Han pasado 10 años desde la última vez que faenaron en los ricos caladeros en alta mar, situados a 33 kilómetros al sur de la dañada planta de energía nuclear que vertió material radiactivo al mar tras el paso del terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter el 11 de marzo de 2011, que provocó un tsunami que envolvió la planta de Fukushima.
Hace un mes, en los eventos que se celebraron por el aniversario del mayor desastre nuclear en la historia de Japón, muchos pescadores expusieron sus preocupaciones ante las intenciones del gobierno de deshacerse del agua contaminada por radiación –alrededor de 1,25 millones de toneladas que incluye el agua utilizada para enfriar los núcleos de los reactores, el de la lluvia y el de las capas subterráneas que se filtra a diario- que permanece almacenada desde el accidente en los tanques de la planta de Fukushima. Los pescadores temen que, si las autoridades expulsan el agua de la planta hacia el Pacífico, será un nuevo golpe a la ya dañada reputación de sus peces.
Han sido siete años de debates y polémicas sobre qué hacer con el agua de la central nuclear. La capacidad de almacenamiento de la planta iba a quedar pronto saturada, y las autoridades japonesas evaluaron distintas opciones, como la evaporación. En cambio, este martes, como temían los pescadores, el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, ha anunciado que, una vez tratada, se verterá en el mar.
«Tras haber evaluado que no habrá un impacto negativo en la salud humana o el medio ambiente, el gobierno ha decidido liberar al mar el agua radiactiva tratada que se acumula en la planta de energía nuclear n.° 1 de Fukushima», reza un comunicado emitido por las autoridades niponas.
TRATAMIENTO DE AGUAS
Para el tratamiento de estas aguas se usará un avanzado sistema de procesamiento de líquidos llamado ALPS (Advanced Liquid Processing System). Según ha detallado la agencia AFP, el proceso elimina la mayoría de los materiales radiactivos, incluidos el estroncio y el cesio, pero deja atrás el tritio, que presenta poco riesgo para la salud humana en concentraciones bajas. «El proceso ALPS elimina la mayoría de los isótopos radiactivos a niveles por debajo de las pautas internacionales de seguridad para las aguas residuales de las plantas nucleares. Pero no puede eliminar algunos, incluido el tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno que, según los expertos, solo es dañino para los humanos en dosis muy grandes», explica la agencia. La vida media del tritio, el tiempo necesario para que se descomponga la mitad de los átomos de un isótopo radiactivo, es de poco más de 12 años. En los seres humanos, tiene una vida media biológica estimada de 7 a 10 días.
Desde la Agencia Internacional de la Energía Atómica han apoyado la decisión del gobierno nipón. En cambio, grupos como Greenpeace advierten que los materiales radiactivos como el carbono 14 que permanecen en el agua pueden concentrarse fácilmente en la cadena alimentaria. «Las dosis acumuladas con el tiempo podrían dañar el ADN y quieren ver el agua almacenada hasta que se desarrolle la tecnología para mejorar la filtración», agrega Greenpeace en un comunicado.
OPOSICIÓN DE LOS PESCADORES
A la decisión del gobierno nipón se oponen sobre todo los pescadores porque consideran que supondrá otro golpe a la mermada industria pesquera de la región. Los pescadores de Fukushima en 2010 vendían más de 24.000 toneladas de productos del mar de la zona. El año pasado, no superaron las 4.200 toneladas en ventas, según la Federación de Asociaciones Cooperativas Pesqueras. La pesca se reanudó, a modo de prueba, frente a las costas de la prefectura en junio de 2012, en una zona limitada del Pacífico. Pero la industria sigue dependiendo para sobrevivir de las ayudas estatales y de las donaciones de la empresa que opera la planta de energía.
Según recoge la agencia Kyodo, Hiroshi Kishi, director de la federación nacional de cooperativas pesqueras, reiteró su oposición a la medida y pidió políticas para evitar que los consumidores rechacen los productos del mar capturados en esa área. En Tokio, este martes decenas de manifestantes se han concentrado a las afueras de la oficina del primer ministro para protestar por el plan del gobierno para liberar agua radiactiva tratada.
Desde Estados Unidos se ha pronunciado a favor de la decisión el secretario de Estado, Antony Blinken. «Agradecemos a Japón por sus transparentes esfuerzos en su decisión de eliminar el agua tratada del sitio de Fukushima Daiichi», ha escrito en Twitter Blinken.
Una reacción diferente han mostrado países vecinos como China y Corea del Sur, que se encuentran entre las 15 naciones que continúan restringiendo las importaciones de productos agrícolas y pesqueros de Fukushima. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de China han transmitido su «seria preocupación» a Japón, instando a Tokio a no «pasar por alto o hacer caso omiso» de las críticas de la comunidad internacional. Para Pekín «el océano es propiedad común de la humanidad» y el vertido de aguas «no es un tema de asuntos internos japoneses».
En Corea del Sur, un portavoz de Exteriores añadió que la liberación del agua «afectaría directa e indirectamente la seguridad de las personas y el medio ambiente vecino».
«El Gobierno lamenta profundamente la decisión del Gobierno japonés de liberar agua contaminada de la planta nuclear de Fukushima al océano», dijo en rueda de prensa Koo Yoon-cheol, director de la oficina de coordinación política del Ejecutivo surcoreano.
Su comparecencia se produjo después de que Koo presidiera una reunión de emergencia con viceministros de diversas carteras a raíz del anuncio realizado hoy por Tokio dando luz verde a la controvertida medida para solventar la falta de espacio en la central para almacenar el agua que se acumula. Exigiremos medidas específicas por parte de Japón para certificar la seguridad de nuestra población y prevenir daños al medio marino», añadió Koo en declaraciones que recogen las agencias Yonhap y Eefe.
El funcionario añadió que Seúl reforzará los test de radiación en productos importados de Japón y otras regiones y que remitirá su preocupación al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) e instará a la comunidad internacional a revisar el caso.
FUENTE: Japón verterá al mar agua tratada de la central nuclear de Fukushima | Medio Ambiente (elmundo.es)