Se le acusó de delincuencia organizada, de fraude, de extorsión, de enriquecimiento ilícito, de desvío de recursos, de peculado electoral, de corrupción, y sin embargo Carlos Antonio Romero Deschamps (Tampico, 1944), el otro líder petrolero que se concedió durante 26 años una vida de jeque a costa del presupuesto de Pemex, ha muerto impune por un infarto de miocardio.
Romero Deschamps es un monumento a la corrupción: ya sea como conductor de pipas —su primer trabajo en Pemex, a los 14 años—, cuando ordeñaba el combustible. Ya sea como encargado de revisar los contratos colectivos cuando extorsionaba y chantajeaba a los trabajadores.
Ya sea como diputado del PRI o como secretario general de la Sección 35 del sindicato petrolero, cuando era incondicional de otro cacique sindical: Joaquín Hernández Galicia, La Quina, detenido en 1989 por órdenes de Carlos Salinas.
Ese arresto es clave para la vida delincuencial de Romero Deschamps, pues el 25 de junio de 1993, apoyado por Salinas, reemplazó en la dirigencia del sindicato petrolero a Sebastián Guzmán, otro líder corrupto que había sustituido a La Quina. Para diciembre de ese año, Romero Deschamps ya replicaba las prácticas del quinismo y provocaba un enfrentamiento entre petroleros en Ciudad Madero, Tamaulipas, hechos donde murió un sindicalista y otros siete resultaron heridos.
Como salinista y senador priista, Romero Deschamps supo sortear a Ernesto Zedillo, quien insistía en la privatización petroquímica. La reconciliación entre ambos se dio cuando Zedillo ordenó a Rogelio Montemayor, director de Pemex en ese tiempo, que acordara con Romero Deschamps la entrega de mil 100 millones de pesos a la Secretaría de Finanzas del PRI para la campaña presidencial de Francisco Labastida.
Según el entonces IFE, el monto desviado sumó 640 millones, de los cuales 500 fueron retirados por funcionarios del PRI un mes antes de la elección presidencial.
A este desvío de recursos públicos, vía el sindicato petrolero, se le conoció como el Pemexgate y el órgano electoral multó con mil millones de pesos al PRI.
El proceso judicial que se inició por el delito de peculado electoral se suspendió porque no se presentaron pruebas suficientes, pero corre la versión de que Romero Deschamps la libró porque justo en esos momentos se dio a conocer un escándalo similar: los Amigos de Fox, una asociación civil que fundó José Luis González, un ex empleado de la Coca-Cola, y que operó Lino Korrodi, otro tamaulipeco con leyendas negras.
A Felipe Calderón también se ganó y si en 2001 el panista era el artífice del proceso de desafuero de Romero Deschamps en la Cámara de Diputados, ya como presidente lo invitaba sus giras y lo respaldaba. Así navegó entre complicidades que se afianzaron cuando Enrique Peña Nieto ganó la elección y el PRI regresó al poder.
Fue entre 2012 y 2013 cuando los hijos de Romero Deschamps se presentaron ante el mundo: Paulina Romero, la hija mayor, circuló fotografías donde presumía una vida de lujos y despilfarro. Su hermano, José Carlos, mientras tanto, recibía un Ferrari Enzo, con valor de dos millones de dólares.
Alejandro, el tercer hijo, recibía en sus cuentas 108 millones de pesos, viajaba en primera clase y adquiría acciones en una empresa establecida en Islas Británicas para hacerse de bienes de lujo, inmuebles, autos de colección, antigüedades y joyas.
Los excesos de las crías llevaron a que se le cuestionara a Romero Deschamps que cómo era posible tanta riqueza si ganaba 28 mil pesos mensuales.
El no poder comprobar esa vida de lujos, derivó en que los medios descubrieran que al menos once de sus parientes trabajaban en Pemex, ganando en conjunto 700 mil pesos cada mes; y derivó en que la Fiscalía lo denunciara, junto a su esposa e hijos, por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y administración fraudulenta.
Hasta entonces el líder petrolero decidió renunciar a la dirigencia. En su renuncia, acusó “falta de cooperación entre trabajadores y administración para impulsar los proyectos que permitan el verdadero avance de Pemex”.
El presidente López Obrador, por su parte, dijo que Romero Deschamps había presentado su renuncia de manera voluntaria.
López Obrador volvió al ataque en 2021, al dar a conocer en su conferencia matutina que la Fiscalía le seguía la pisada Romero Deschamps por unos depósitos de casi 300 millones de pesos y por haberle encontrado lujosas propiedades en Estados Unidos.
Un recorrido hecho por MILENIO Televisión en ese entonces atestiguó el edificio de departamentos donde los Deschamps tienen la máxima joya de bienes raíces: un alojamiento valuado en 4.6 millones de dólares, ubicado en la avenida Collins en Miami Beach. El segundo inmueble está en el número 1005, a unas cuadras de la corte de Miami, en el centro de la ciudad.
Una tercera propiedad se ubicó en un exclusivo fraccionamiento de Coral Springs, cuyo valor es de 3.2 millones de pesos. Los otros dos inmuebles se encuentran en la avenida Brickell, en el centro financiero, con avalúos que rodean los 12 y 25 millones de pesos, y cuya dirección fue registrada como domicilio fiscal para las empresas que un hijo y nuera de Deschamps fundaron en Estados Unidos.
En aquel 2021, el portal SinEmbargo reveló que Deschamps recibía “una pensión de 45 mil pesos mensuales, aguinaldo, bonificación por ventas de la petrolera, canasta básica, gas, gasolina, gastos funerarios, seguro de vida, servicios médicos integrales (…)
Además, se reportó que Pemex está obligada a seguir pagando su pensión post mortem a familiares como su cónyuge e hijos”.
Así que no tarda Pemex en expedir el primer cheque de la pensión post mortem.
Alejandro, el tercer hijo, recibía en sus cuentas 108 millones de pesos, viajaba en primera clase y adquiría acciones en una empresa establecida en Islas Británicas para hacerse de bienes de lujo, inmuebles, autos de colección, antigüedades y joyas.