La salud en general es fundamental para que cualquier infante tenga un desarrollo pleno, por eso, contar con buenos hábitos de cuidado ayuda a que estos en su vida adulta tengan una vida plena en la medida de lo posible.
Si eres madre o padre primerizo, o simplemente quieres empezar a tener buenos hábitos con tus hijos y enseñarles nuevas estrategias para cuidar de sí mismos, estás en el lugar correcto. A continuación, algunos buenos hábitos para cuidar su salud.
1. Procura que tenga contacto con la naturaleza
El contacto con la naturaleza es esencial para que tus hijas e hijos desarrollen su sistema inmunológico y liberen estrés. Realizar actividades como tomar el sol, caminar y pisar la tierra, nadar en el mar o hacer senderismo y bicicleta en áreas verdes son algunas de las actividades que benefician a los niños, pues fortalecen su salud física, mental y su inmunidad a las adversidades del ambiente, detalla Ohlalá!
Procura mantenerlos alejarlos un poco de las pantallas y videojuegos y propiciar el contacto con la naturaleza con el fin de que también aprendan a ser más empáticos con ella.
2. Acostarse y levantarse temprano
Enseñarle desde pequeños a tus hijos el hábito de acostarse temprano, preferentemente antes de las 10 de la noche y levantarse alrededor de las ocho del siguiente día, es permitirá tener un sueño reparador que los mantendrá sanos por mucho tiempo y con las defensas al máximo.
Además, este aspecto es esencial para cuidar los ritmos circadianos de nuestro cuerpo, dado que estos afectan de manera al sistema neuroendócrino, el metabolismo y la inmunidad, pues durante la noche reparamos nuestro cuerpo y reestructuramos lo aprendido a lo largo del día, señala Guía Infantil.
3. Alimentación sana
La alimentación es clave para que tu hijo tenga salud de hierro. Si bien esto sucede en todas las edades, la infancia crucial, pues determina muchos aspectos para el resto de la vida: como el crecimiento, el nivel de desarrollo intelectual, motriz y desarrollo físico, entre otros.
Fomentar el consumo de alimentos procesados y azúcar solo fomenta que los niños y niñas solo quieran saciar su hambre con una alimentación deficiente que solo les traerá problemas a largo plazo, como la obesidad, sobrepeso y diabetes a temprana edad. Por eso, enseñarles a tener una alimentación consciente, natural y equilibrada constituye un gran hábito para cuidar su salud a largo plazo, detalla el portal Faros del Hospital Barcelona.