En Quintana Roo la industria hotelera ha sido una de las más afectadas con la llegada de la pandemia, pues los ha obligado a una reconversión, desde bajar tarifas e incrementar gastos con las nuevas medidas sanitarias, hasta ampliar el tiempo de reservas pasando de meses a semanas.
Cuando inició la pandemia, la ocupación mínima era del 5% por los cierres y restricciones de los países, mientras se hacían implementaciones sanitarias que iniciaron con algunos protocolos de bioseguridad y estrictas medidas sanitarias para recibir a los huéspedes.
Por otra parte, las autoridades del Estado determinaron que el turismo pasaría de ser una actividad económica no esencial a esencial, con el fin de lograr una recuperación más rápida de la industria hotelera.
Otra de las implementaciones que ha hecho este sector en medio de la pandemia que afecta a la industria hotelera a nivel mundial, es el manejo de las pruebas PCR, las cuales en principio eran costosas, pero a medida que ha avanzado el aprendizaje sobre la pandemia, las hoteleras han logrado bajar los precios, además de ofrecer su servicio de toma dentro del hotel para que el huésped no tenga que desplazarse fuera para hacer la toma.
Como lo informó Reportur, Marisol Vanegas Pérez, secretaria de Turismo en Quintana Roo, destacó la importancia de contar con burbujas sanitarias para proteger al turista desde su llegada al destino hasta que regresa a su ciudad de origen.
Para ello, es clave el trabajo de los prestadores de servicios turísticos que han sido certificados desde que estallara la pandemia y deben cumplir con hasta 14 protocolos para garantizar la seguridad de visitantes y locales. Fuente Reportur